16 LA TORRE
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Description
La Torre es uno de los Arcanos en el Tarot más determinante. Suele simbolizar cambios súbitos y violentos que dan lugar a cambios en el entorno del consultante. La Torre pone a prueba los cimientos de nuestras vidas y nos insta a tomar precauciones.
Ideas claves
• Arquetipo: la caída – liberación.
• Lección: ruptura de esquemas caducos o mal cimentados. Aprender de las crisis. Saber reconocer las oportunidades dentro del «desastre».
• Meta: alcanzar la libertad interior. Romper las estructuras e iniciar otro trecho del camino de aprendizaje.
• Disposición psico-emocional: cambios sorprendentes pero liberadores. Abandonar la comodidad y el orgullo para reconocer que el camino continúa.
Principio
Súbitamente, la llegada de un evento superior rompe las estructuras materiales, psicológicas y morales que ya no sirven, dejando tan solo los cimientos esenciales sobre los que se volverá a construir.
Como situación
Esta es la indicación de una crisis, separación o cierre difícil de una etapa. La Torre nos habla de inestabilidad: fuego, truenos, rocas y cuerpos que caen; es obviamente algo problemático. Indica cambios drásticos y probablemente no deseados, una alteración rápida y dramática de la rutina. Con La Rueda o La Muerte, los cambios pueden ser graduales, nos dan señales y tiempo para adaptarnos, pero La Torre indica, como el rayo, el rápido e incluso explosivo desarrollo de los acontecimientos. Con ella se evidencian descalabros y rupturas. Solamente los períodos de crisis y cambios drásticos hacen que el individuo exprese y canalice su faceta más creativa, claro está, si él está dispuesto a asumir el riesgo de seguir adelante, sin dejarse amilanar por las catástrofes, las pérdidas y las conmociones. Detrás del dolor y la angustia que produce un derrumbe, la vida brilla como una promesa de nuevas opciones, pues la vida no se detiene.
Las crisis repentinas son los modos en que la vida nos hace despertar de nuestros letargos. Si algo en nuestra vida funciona mal y no estamos conscientes de ello, o no lo queremos ver, podemos espera un golpe a nuestro ego, una explosión o en desenlace fatal. Si contenemos nuestro enojo, llegará un momento en que la «presa» explote. Si estamos detenidos en medio del camino, una sorpresa desagradable nos quitará del medio. ¿Cuán triste será la experiencia? La forma en que respondemos a las crisis
marca la diferencia. Si reconocemos que la ruptura ocurrió porque era necesaria, «abrazar» el cambio o el menos encontrar algo positivo en él lo hará menos traumático. En efecto, un cambio de dirección puede hacernos sentir una tremenda liberación.
Como persona
Es de las personas que con orgullo y sentido de superioridad construyen una alta torre, para desde allí observar el mundo y protegerse, dirigir las vidas de otros y controlarlo todo. Permanecen aisladas y pierden el contacto con su entorno. Metidos en sí mismos y en sus proyecciones, las personas identificadas por La Torre viven un autoengaño. Para que recuperen el sentido de la realidad, se les presenta un desafío, un reto que desmonta sus defensas y los deja «en el aire». Sobrevivir significa aquí reconocer la realidad tal cual es, cerrar un ciclo e iniciar el siguiente, manteniendo la calma pero con rapidez, atentos a las nuevas oportunidades que se han de presentar en medio de esta crisis.
De la persona depende saber reconocer la verdad, aprender de la experiencia y no seguir repitiendo las lecciones ya vividas. Superar La Torre, significa superar la caída, la ruptura o el descalabro con elevación de mente y espíritu. De lo contrario, las sacudidas se repetirán una y otra vez, con los mismos personajes o con otros, en el mismo escenario o en otro diferente (todos ellos como tus grandes maestros). La Torre te invita a aprender la lección y superarla.
Afirmación
De las crisis surgen las oportunidades. El terreno queda fecundo para los comienzos. Me abro a una renovación necesaria, a un cambio radical, que puede sobrevenir de manera repentina. Estoy alerta al movimiento que destruye lo caduco y me hago responsable por mi propio destino. No lucho contra las nuevas circunstancias ni niego la realidad, sino que la admito y decido el camino a seguir: armonioso, saludable y de progreso.
Análisis
LA TORRE Ardiendo de noche, como resultado de un relámpago, es la Torre de Babel, levantada por la presunción y el falso orgullo de los seres humanos. Es un edificio fundado sobre los falsos cimientos arenosos del egoísmo, del materialismo, de la ignorancia, de la ciencia. Mientras dure parece indestructible, pero su base está podrida. El relámpago es la verdad espiritual que como hay un rayo, destruye toda ciencia puramente materialista, demostrando así que para el proceso social, la humanidad, individuo por individuo, ha de aplicar su ciencia con una conciencia social limpia, un respeto total para con los demás, sin violencia e intimidaciones, si quiere evitar la catástrofe. El odio es un cáncer del alma que corroe y destruye, más pronto o más tarde, a todos aquellos que pretenden usarlo como arma; es una espada de doble filo. La caída de los que inspiran terror es tan fulgurante como la caída de la torre de Babel porque todos estamos sujetos a leyes espirituales muy superiores al falso orgullo y el egoismo humano. Cae rápidamente la cúpula, la corona, de todo aquel que pretende imponer su ley, sin tomar en cuenta la conciencia de los demás. Para el espíritu, un mes, un año, un siglo es un suspiro: Pronto viene la destrucción al autócrata y a los pseudointelectuales e inútiles que le respaldan «porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación que los aborrecen» (Deuteronomio 5:9) en fin la destrucción viene a todos aquellos que siguen en el error de sus padres y esto es la verdad en todos sus campos. La torre es una advertencia en contra del egoísmo que conduce la destrucción de todo individuo o grupo que padece de él.
El relámpago simboliza el poder de arriba, el poder del espíritu, la destrucción visible simboliza la destrucción de las formas. El conjunto de fuego y relámpago es símbolo de iluminación súbita. La corona es símbolo de poder terrenal y gobierno. Es curioso notar que uno de los hombres se ha arrojado al abismo de la noche para escapar del fuego, sigue con la corona en la cabeza, a pesar de tener la cabeza hacia abajo. Tal vez sugiere que su orgullo y egoísmo son tan profundamente arraigados que no quiere abandonarlos ni frente a la destrucción. La costumbre humana de levantar monumentos para perpetuar su memoria es una enfermedad muy típica de los benefactores de la sociedad que se cura muy bien con el tiempo.
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