8 LA FUERZA INVERTIDO

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Descripción

Si esta energía está mal canalizada

La ira, el deseo, la envidia, la lujuria, etc. son recursos del ego para esviarnos de la luz y esclavizarnos en sus dominios. La única verdad es el amor. Cuando permites que las pasiones y las emociones desmedidas condicionen tu vida, ellas dominan tu mundo. Cuando las pasiones y deseos te conducen, en contra de la razón -y más aún- del espíritu, no se manifiesta el amor y la verdad permanece oculta. Todo ello se traduce en temor, desequilibrio e infelicidad. Se endurecen las relaciones por una carencia de diplomacia, lo cual evidencia una lucha permanente y pérdida de energía. Predominan las pasiones y las posiciones «duras». En todo caso, se trata de una situación de lucha compulsiva e irracional.

¿Qué hacer?

Recuerda que todos tienen derecho a expresar sus opiniones y necesidades. Quizá sea hora de negociar y llegar a acuerdos donde todos ganen. El ser evolucionado reconoce que siempre tiene algo que aprender y algo nuevo a qué adaptarse. Cuando tratas de controlar e imponerte predominan la ira, el deseo y el miedo. El amor no está presente y, lejos de atraerlo a tu vida, lo alejas más y más. No trates de dominarte «por la fuerza»: tarde o temprano la pasión que quieres dominar asalta e irrumpe. No trates de dominar al otro: tarde o temprano se revelará contra ti. La violencia engendra violencia. Reconoce que cuando nos vemos a nosotros mismos bajo una luz favorecedora, desde nuestro mejor ángulo y «maquillando» las motivaciones inconfesables y fuerzas oscuras subyacentes, dejamos que el ego nos muestre lo que queremos ver. Siempre habrá excusas y otros culpables, a fin de no asumir la responsabilidad por cuanto pensamos, decimos y hacemos. De esta manera no integramos nuestra sombra, no admitimos que ella nos pertenece y no podemos transitar por su territorio para superarla.

Mensaje – Consejo

La verdadera fuerza no se halla en los músculos, sino en la personalidad y se manifiesta en la firmeza de las ideas; en la confianza en ti mismo; en tu habilidad para afrontar los obstáculos y las dificultades, ya sea para aceptarlos o para transformarlos. Más que de «fuerza», hablamos de «fortaleza» y es la capacidad que posees para manifestar el dominio de la razón, e incluso del espíritu, por sobre las pasiones, emociones y pensamientos que te limitan y consumen tu energía. La Fuerza nos recuerda que logramos más con suavidad y prudencia que con imposición y autoritarismo. Las claves están en nuestra claridad interior, decisión, perseverancia y autoridad.

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